En el centro del Languedoc, a 10 kilómetros de la ciudad de Minerve, el castillo de Agel es un espléndido castillo de la Edad Media, con una parte antigua que data del siglo XII. Elevado en el centro del pueblo cuenta con un cuerpo central, cuatro torres y un palomar. Un parque de terrazas de 2 ha, que da al valle del río Cesse y a la sierra Pech, ofrece paseos tranquilos y una piscina para refrescarse.
An el siglo XII la herejía de los Cátaros o Albigenses se extendió por toda la zona meridional francesa, particularmente en el condado de Toulouse y la región del Languedoc. Ante la propagación de la herejía el Papa Inocencio III envió grandes predicadores y también encargó al legado pontificio,Pedro de Castelnau, llevar acabo un cometido de represión. El asesinato del legado en 1208, condujo al Papa a decretar una cruzada que se verían confiar los “Barones del Norte”.
El castillo de Agel estaba entre las fortalezas que debian prolongar la resistencia de los señores vasallos del conde de Toulouse en tiempos de la cruzada de los albigenses. La pieza más antigua aún conservada revela que en el año 1100, pertenecía a Bernarde, señor de Agel, de Minerve y de Cazelles. La cruzada fue liderada por Simon de Monfort, el cual emprendió la conquista del Languedoc con una salvajería sin par, en particular durante el sitio de Minerve el 24 de junio de 1210. De paso quemó el castillo de Agel para vengarse de Giraud de Pépieux. Minerve se entregó el 22 de julio de 1210 : 180 cátaros que se hallaban en la fortaleza se precipitaron ellos mismos a la hoguera.
El tratado de Paris, en 1220, al incorporar el Languedoc a Francia, terminó con las luchas sangrientas y la familia Pépieux, que se salvó de la matanza, pudo restaurar el castillo de Agel.
Así pues las sombrías aperturas de la fortaleza del siglo XII fueron sustituidas por los agradables ventanales del Renacimiento, completados en la techumbre con un coronamiento de balaustres y de capiteles, creando un interior confortable.
En el siglo XVII los marcos del Renacimiento a su vez fueron sustituidos, en la fachada principal, por grandes ventanales de cuadros al estilo de los del Trianon de Versailles. En el siglo XX el castillo no recibe mantenimiento y el ala norte en particular se va desmoronando.
A partir de los años sesenta, la familia Ecal emprende la rehabilitación sistemática del castillo y de los jardines a lo italiano que lo rodean, para hacerle recobrar la originalidad perdida, dentro del paisaje inmutable que por su luz y su vegetación algo recuerdan la Toscana.